Capturar la mente de mono

Hay sitios que permanecen igualmente
aunque no se los visite muy a menudo. 


Imagino quizás, un solaz 
de enormes piedras grises y frías
erigidos sobre el más tibio de los pastos,
Tal vez una sombrilla roja a la que 
tal vez haga temblar el viento.

El Sol seguirá cayendo 
y colándose como rocío.
Estas letras seguirán estando
y seguirá habiendo huellas en el camino.

Pero el motivo para escribir, 
de ahora en más, 
será otro.

Capturar la mente del mono es prioridad.
Y eso traerá seguramente consigo escritos
con más desvaríos que reflexión.


Porque hay mucho que lograr y queda Senda por recorrer.
Y mejor hacerlo cuanto antes, para poder finalmente ver
la vida como el Río que es, beber de sus aguas, y seguir adelante.

Lo más sensato sería abandonar todo esto y ya.
Pero creo que hay ciertas huellas de este camino
cuya deliberada profundidad merece preservarse.


Y algún día, quizás, podrán contar La Historia 
como es debida en el formato más apropiado.



Mientras tanto, caminante, no hay camino:
se hace camino al andar.
Vamos allá.

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