Pronósticos

Las gotas de lluvia son rayas translúcidas 
en el mapa de la realidad que llegan a ver los ojos.

Caen como flechas, deliberadamente arrojadas 
desde las nubes más negras hacia las calles más resecas. 
Su peso golpea los párpados, obstruye la mirada, 
teclea con dedos pesados el piano de los pensamientos en la cabeza.

Chorros de agua y sal que fluyen mojándolo todo, 
haciendo de la ropa una segunda piel demasiado pesada,
tornando ramilletes de puños en palma de manos abiertas,
desdibujando la furia que antes definía el rostro.

La lluvia y su tormenta redefinen cuánto creemos valer
cuando su hechizo nos convierte siluetas húmedas.
El pecho se enfría cuando el seno arde... y respirar bajo el temporal
deja de ser un reflejo para transformarse en una acción deliberada.

En medio del temporal, donde toda acera es un espejo improvisado,
donde el horizonte se deforma en neblina y ruido blanco,
donde la civilización y sus pequeñas pretensiones se vuelven silencio,
en medio del aparente desconsuelo y soledad, 
de lágrimas en tinta negra y papel empapado,
de delitos miserables y de injusticias ordinarias...

...la lluvia y su tormenta me muestran cuán ilusorios son los límites
que los demás pretenden imponer sobre mi persona y sobre la tuya.

Sólo por eso, bajo la lluvia sigo caminando firme...
y esta vez, elijo llevar una sonrisa triunfal, contra todos los pronósticos.

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