Urgencias

 
Llega el frío que al parecer trae siempre consigo
las extremas urgencias que nos brindan abrigo.
Chocolate y el café, gorro, mantas, y escribir...
imaginando que me leés tus deseos al oído.
 

...Que en tu otoñal y sedosa modorra
posaste atención y ojos por un momento;
y ansiás un deleite sin aburrimiento,
sabor y sustentos, (y abrazos de horas...)




Y escribiéndome estas líneas,
juego a saber si te veré algún día.
Más son inocuas ocurrencias
cuando escribir es una urgencia. 

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