Y repentinamente...
El profundo pesar de no haber podido estar cuando hizo falta;
la inexplicable desazón de la separación sin palabras;
las mil y un excusas que como murallas construimos alrededor nuestro;
todo ello hace que el corazón se endurezca de cara al pasado.
La incapacidad de perdonar a quien hace daño deliberadamente;
el deseo tortuoso de convertir este sitio en un mejor lugar;
los intentos de parar la inercia instintiva en la que estamos inmersos;
todo esto, y tal vez un poco más, hace al corazón ansiar el futuro.
Las palabras fuertes soportan la adversidad, pero se erosionan.
La mente enfocada obra milagros que se confunden con trucos baratos.
El dulzor de las emociones se diluye en el agua de la rutina.
Los besos y abrazos llegan, pero no de la forma en que los precisamos.
Todo esto haría romper en llanto a cualquiera.
Cualquiera haría lo imposible por ocultarlo.
Pero como el paso del tiempo, contener las lágrimas conlleva más que una realidad física.
Y así, un día, suena una canción, mientras se oye caer la lluvia, y repentinamente...
El pasado impide al orgulloso perdonar.
El futuro niega al soñador su realidad.
El presente se hizo para llorar...
así, el Destino vuelve a marchar.
la inexplicable desazón de la separación sin palabras;
las mil y un excusas que como murallas construimos alrededor nuestro;
todo ello hace que el corazón se endurezca de cara al pasado.
La incapacidad de perdonar a quien hace daño deliberadamente;
el deseo tortuoso de convertir este sitio en un mejor lugar;
los intentos de parar la inercia instintiva en la que estamos inmersos;
todo esto, y tal vez un poco más, hace al corazón ansiar el futuro.
Las palabras fuertes soportan la adversidad, pero se erosionan.
La mente enfocada obra milagros que se confunden con trucos baratos.
El dulzor de las emociones se diluye en el agua de la rutina.
Los besos y abrazos llegan, pero no de la forma en que los precisamos.
Todo esto haría romper en llanto a cualquiera.
Cualquiera haría lo imposible por ocultarlo.
Pero como el paso del tiempo, contener las lágrimas conlleva más que una realidad física.
Y así, un día, suena una canción, mientras se oye caer la lluvia, y repentinamente...
El pasado impide al orgulloso perdonar.
El futuro niega al soñador su realidad.
El presente se hizo para llorar...
así, el Destino vuelve a marchar.
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