No ocurre
Me pregunto si es la forma de mi rostro,
o la manera en que me muevo cuando camino,
o acaso sea la ropa que, muy a mi pesar, llevo.
Acaso sea quizás, el timbre de mi voz,
o la inflexión que utilizo al hilvanar las palabras,
o se deba a que, como dicen, 'hablo como escribo'.
Me pregunto si será el olor que desprende mi cuerpo.
Miro el cabello en el espejo y su forma, aún una incógnita.
Veo intentando entender por qué ocurre lo que no ocurre.
Puedo hacerme mil preguntas, y nunca hallar la respuesta.
Examino mi trato con las personas.
He mantenido las distancias, tanto como propiciado las cercanías.
He ensayado el optimismo objetivo tanto como apostado por la bondad.
He dado cuanto tenía a mi alcance, sin renunciar modales,
incluídos el finito tiempo y el infinito espacio.
He escrito, cantado, ilustrado y conversado.
Y todo sigue siendo un acertijo, porque las cosas siguen sin ocurrir.
Y lentamente todo va perdiendo la forma en el horizonte
hasta que la vorágine moderna acaba por tragárselo, de vuelta.
No; incluso antes de estos tiempos veloces,
las preguntas seguían siendo las mismas.
Lo único que sé, es que todas las respuestas obtenidas
no pueden estar todas equivocadas.
Sólo me pregunto, entre tantas cosas,
si el elemento del que adolezco sea la ignorancia.
o la manera en que me muevo cuando camino,
o acaso sea la ropa que, muy a mi pesar, llevo.
Acaso sea quizás, el timbre de mi voz,
o la inflexión que utilizo al hilvanar las palabras,
o se deba a que, como dicen, 'hablo como escribo'.
Me pregunto si será el olor que desprende mi cuerpo.
Miro el cabello en el espejo y su forma, aún una incógnita.
Veo intentando entender por qué ocurre lo que no ocurre.
Puedo hacerme mil preguntas, y nunca hallar la respuesta.
Examino mi trato con las personas.
He mantenido las distancias, tanto como propiciado las cercanías.
He ensayado el optimismo objetivo tanto como apostado por la bondad.
He dado cuanto tenía a mi alcance, sin renunciar modales,
incluídos el finito tiempo y el infinito espacio.
He escrito, cantado, ilustrado y conversado.
Y todo sigue siendo un acertijo, porque las cosas siguen sin ocurrir.
Y lentamente todo va perdiendo la forma en el horizonte
hasta que la vorágine moderna acaba por tragárselo, de vuelta.
No; incluso antes de estos tiempos veloces,
las preguntas seguían siendo las mismas.
Lo único que sé, es que todas las respuestas obtenidas
no pueden estar todas equivocadas.
Sólo me pregunto, entre tantas cosas,
si el elemento del que adolezco sea la ignorancia.
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