Años

Llevó casi sesenta horas.

Las primeras, de bocetos y adivinanzas, 
iban yéndose, garabato a garabato.
Como hojas cortadas siguieron pasando
horas tatuadas de ansiedad y vacío.

Pero el tiempo pareció detenerse
en el pánico de los trazos inconexos
que siguieron a las horas más negras
de esos instantes que parecieron años.

Lloró la angustia a través de mis ojos,
como llora El Lobo a través de La Luna.
Sentí el deseo de abandonarlo todo...
...y el lápiz en mi mano volvió a vivir.









Y la marcha de horas consiguió reanudarse.

El tiempo dirá, estaciones más adelante,
si esta fue otra red para capturarme 
donde pertenezco o si valió la pena
dejar todo atrás... empezar de nuevo.

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