Mandamiento
Mira cómo el tiempo pasa
y el planeta aún gira
mientras vos en la esquina
buscás pavadas perdidas.
Y al camino estrecho
lo llamás avenida
y al monotoneo
vos llamás vida.
Qué aburrido el beso
de la calcada rutina
que llevás impreso
en tus dos pupilas...
Sin afán de pretender
te he ofrecido un paseo
por senderos recubiertos
de delirio y deseos.
No me importa hoy el ayer
pues no ahorro en el pasado:
esa sal se la lleva el viento,
sea virtud, o sea pecado.
Someterte no es capricho
ni me ilusiona el maniatarte:
tus manos a tus espaldas
difícilmente puedan hacer arte.
Yo prefiero que honestamente
ante mí, admitas la victoria
de la acción por sobre el titubeo
que se exhibe en tu memoria.
Y que al desvestirte dejes de lado
las patrañas que te enseñaron:
cerrá los ojos un momento
y entrá en mi confesionario.
No hay garantías ni tratados,
privilegios ni reglamentos.
Vos y yo somos iguales...
Es el único mandamiento.
y el planeta aún gira
mientras vos en la esquina
buscás pavadas perdidas.
Y al camino estrecho
lo llamás avenida
y al monotoneo
vos llamás vida.
Qué aburrido el beso
de la calcada rutina
que llevás impreso
en tus dos pupilas...
Sin afán de pretender
te he ofrecido un paseo
por senderos recubiertos
de delirio y deseos.
No me importa hoy el ayer
pues no ahorro en el pasado:
esa sal se la lleva el viento,
sea virtud, o sea pecado.
Someterte no es capricho
ni me ilusiona el maniatarte:
tus manos a tus espaldas
difícilmente puedan hacer arte.
Yo prefiero que honestamente
ante mí, admitas la victoria
de la acción por sobre el titubeo
que se exhibe en tu memoria.
Y que al desvestirte dejes de lado
las patrañas que te enseñaron:
cerrá los ojos un momento
y entrá en mi confesionario.
No hay garantías ni tratados,
privilegios ni reglamentos.
Vos y yo somos iguales...
Es el único mandamiento.
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