Sombras
El salón se percibe eterno y circular
de rojo en las velas y negro formal;
suena una melodía por años, perdida
y las dos figuras deciden pues, bailar.
El, de rigurosa y blanca etiqueta
cual destello blanco en negras vetas,
un detalle rojo, pañuelo o sangre
asoma al bolsillo en grácil pirueta.
De nieve y seda está ella vestida
negros sus ojos, en su mirada atrevida,
estrella y diamante en collares de perlas
relucen en su tez como brilla la vida.
Son pasos lentos, firmes, grabaados
los que los llevan a tomar prestados
los subterfugios de los seres animales
a los que representan, enmascarados...
El porta la efigie de plata del Lobo
sus ojos penetran en forma y en modo;
su hocico susurra las notas más graves
del viento y la piedra, del agua y el lodo.
Ella se abriga tras rostro de Zorra
de ojos dorados y cuerpo de angora;
enigma y belleza que danza extasiada
ajena al torrente que forman las horas.
Miradas que van, de la mano en vaivén
en un mudo momento, sin mal ni desdén
en un vals que escribe en notas de Si
las palabras "ahora" y "mañana" también.
Parecen iguales; son bien diferentes...
las velas aún rojas, se extinguen, vehementes:
Hoy tan solo resta un baile en las sombras
para las argucias que tejen sus mentes.
de rojo en las velas y negro formal;
suena una melodía por años, perdida
y las dos figuras deciden pues, bailar.
El, de rigurosa y blanca etiqueta
cual destello blanco en negras vetas,
un detalle rojo, pañuelo o sangre
asoma al bolsillo en grácil pirueta.
De nieve y seda está ella vestida
negros sus ojos, en su mirada atrevida,
estrella y diamante en collares de perlas
relucen en su tez como brilla la vida.
Son pasos lentos, firmes, grabaados
los que los llevan a tomar prestados
los subterfugios de los seres animales
a los que representan, enmascarados...
El porta la efigie de plata del Lobo
sus ojos penetran en forma y en modo;
su hocico susurra las notas más graves
del viento y la piedra, del agua y el lodo.
Ella se abriga tras rostro de Zorra
de ojos dorados y cuerpo de angora;
enigma y belleza que danza extasiada
ajena al torrente que forman las horas.
Miradas que van, de la mano en vaivén
en un mudo momento, sin mal ni desdén
en un vals que escribe en notas de Si
las palabras "ahora" y "mañana" también.
Parecen iguales; son bien diferentes...
las velas aún rojas, se extinguen, vehementes:
Hoy tan solo resta un baile en las sombras
para las argucias que tejen sus mentes.
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