Horizonte
Sonrisas sin dolor, fluyendo a mares
quemando el pecho con chispas de algarabía;
puertas que consumidas por la pasión se abren.
La lejanía y la soledad marchan hacia el horizonte, de la mano.
Nunca ya más, volveremos a permitir
que las rutinas nos devoren el deseo
de yacer enraizados en el mismo lecho.
quemando el pecho con chispas de algarabía;
puertas que consumidas por la pasión se abren.
La lejanía y la soledad marchan hacia el horizonte, de la mano.
Nunca ya más, volveremos a permitir
que las rutinas nos devoren el deseo
de yacer enraizados en el mismo lecho.
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