Regreso

Mi mundo vuelve a llenarse de porqués
como el agua turbulenta del mar se llena de burbujas saladas.

Asumo que tu mundo se ha vaciado ya de mi presencia,
y que ninguna de mis aspiraciones va a volver a cumplirse.

Recibiendo una carta anónima en un océano de caras sin rostro
respiro tan profundamente como me lo permite este momento
para callar definitivamente toda mi voz,
para no volver a causar dolor sin proponerlo
y para no volver a pagar injusticias sin merecerlas.

Volvemos a ese punto en la vida en que somos uno sin el otro.
Mirando el mismo horizonte, pero desde lugares diferentes,
ansiando una identidad diferente a la que tenemos al lado.

Me duele. 
Pero más aún, me desilusiona.
Ni siquiera vale la pena llorar por algo que al final...

Tan solo respirar profundo, y seguir adelante.
Esperar que encuentres la felicidad,
en lugar de que la felicidad te encuentre conmigo.

El silencio es un manto de seda áspera:
lejos de seducir, me ahoga sin remedio.
Sólo quiero respirar profundo y seguir haciéndolo,
tal y como lo hubiese hecho si no fuese quien soy.

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