Espera en la Distancia

Cuántas máscaras, como la desnudez de la naranja
muestran bien firmes tus deseos más inmediatos.
El instinto no traiciona cuando lo que se huelen
son las rosas de un jardín de lobos blancos.

Noto la trayectoria trunca de tu mirada
incitando a la mía con sombra y rubor;
ese es el momento en que sentís sobre tu pecho
el extraño collar de la presa en invierno.

Tu boca calla una verdad tan húmeda como tus labios
relamidos en el instinto de la libido sin moral...
siento en el pálpito salino de tu cuello
la excitación de sensaciones que genera mi cercanía.

No temas a la verdad
que tu cuerpo busca saciar acerca del mío.
No pienses en ninguna palabra
sino en el ritmo acelerado de tu respiración.
No dejes morir agónica a la aventura
de cabalgar hacia las costas de mi desenfreno.


No, no, y no, espero.

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