Eso del amor...

Hay tanto que ocurre rapidísimo y fugaz,

pero que es lo suficientemente predecible como para ponerse a filosofar al respecto.


Una de esas cosas es el amor.
No sólo es lo mejor para la publicidad y sus ardides, sino para la política y sus discursos, para las películas de fin de semana y sus insufribles secuelas, para las canciones y su fachada intrigantes.
Para todo, el amor es respuesta, justificativo, excusa o argumento irrefutable.


Después de haberlo analizado durante tanto tiempo 
entre palabras, versos, caricias, orgasmos, ilustraciones, y garabatos,

sólo puedo concluir que sea lo que fuere,
me encanta experimentarlo,
medida a medida.
Eso sí, de mencionarlo... ni una palabra de más. Sólo las justas.

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