[H]eartbeat
Con la luz crepuscular colándose por la ventana entreabierta
se mecen las cortinas de densa y púrpura seda con los caprichos del viento.
Las sombras de gélido azul se acurrucan en los rincones
para no interrumpir el cortejo de los cuerpos desnudos
en la cama satinada con claroscuros.
Rojos y calor emanan de ambas figuras
comiéndose una a otra sus mutuas anatomías,
desatan en su furia todos los lazos de la cortesía
y faltándose el respeto se entregan al hambre, la sed, y el sexo.
Un coliseo de proporciones apacibles,
en donde la lengua hiere más que el recuerdo,
y en donde el olvido se mide en orgasmos.
Una batalla sin vencedores, sí vencidos
que nada dan y todo entregan, fingiendo expectativa.
Las fragancias de la dulzura, la obscenidad de los sentidos
plenos de sabores adictivos, como la sal
de las pieles animales, tan ácida en sus fluidos,
de las pieles animales, tan ácida en sus fluidos,
en el sudor de tu femineidad, en el semen de mi hombría.
Matar de placer, o morir de deseo...
nunca nadie podrá adivinar el color del resultado.
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