[H]ermosura
Advertencia: Prosa Explícita.
El cielo color champagne burbujea de estrellas fugaces.
Veo en el reflejo de tus ojos a cada una estallar en mil deseos,
mientras las chispas iluminan tu cabello en el viento, sin quemarlo.
En el encuentro de nuestras miradas, todo fulgor palidece...
Cuando estás en mis brazos, me percato del perfume que esconde tu cuello;
el sabor del anhelo en cada beso en tus hombros redefine a la dulzura misma.
La manera en la que te aferrás a mi caricia, lava todo el aire que respiro
para que la intimidad de nuestras bocas sea siempre pura y suculenta.
Laten con fuerza los corazones, atrapados en máscaras de ropa y temor;
golpe a golpe piden liberarse, para retozar desbocados en los cauces de la ternura;
los cuerpos aun aturdidos de rutina se llenan de energía blanca, y nutritiva.
Acariciando mis caderas, más al sur podés notar cuánto me excita tu silueta desnuda.
La osadía jala cada nervio en mí para demostrarte la extensión de mis dominios:
tu efigie de ninfa salvaje cede dócil al obsceno tacto, expectantes sus pezones.
Me lleno las manos de tu piel, recorriendo cuello, hombros, y nalgas blancas;
cada curva es deleite, cada suspiro una promesa, y cada pellizco una delicia.
Sin dejar de besarte me hundo en tu sexo, húmedo y demandante.
El calor de tus muslos mojados equivale al llanto feroz de mil soles.
Prisionero de tus piernas, más agilmente, me esmero en penetrarte...
cada vez más profundo, más fuerte, más soberbio, y más elegante.
Cabalgamos sin culpas ni explicaciones, en un valle de alucinaciones,
en donde cada nuevo orgasmo da nueva vida y sentido a nuestras figuras;
puedo ver el rubor ocultarse tras el tiritar de tu espalda arqueada,
tan perfecta en su escorzo, ángulo, orgullo y valentía.
En el encuentro de nuestras miradas, todo fulgor palidece...
Mientras las chispas iluminan tu cabello en el viento, sin quemarlo,
veo en el reflejo de tus ojos a cada una estallar en mil deseos.
El cielo color champagne burbujea de estrellas fugaces...
...la tierra color lujuria nos abriga y lentamente, nos aletarga.
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