[H]abitación Secreta

Advertencia: Prosa explícita.

Las lúnulas de brillo cristalino nos observan llegar
tomados de la mano a través del Sendero Secreto.
Con el zumbar de sus alas de luz, el rocío parece tintinear
en cada flor fosforecente que adorna las cercanías del Lago.

Ah, El Lago... ese perfecto espejo de plácidas aguas, en el que la Luna brilla de forma intensa, alumbrando sus profundidades en estelas de azul iridiscente...

Mira sus márgenes quietos mientras te quito la ropa.
Observa la brisa mecer su superficie mientras masajeo tu espalda.
Senti la majestuosidad de la escena en cada beso mío que toca tu piel.
Recostate en su orilla más cercana, mientras mi sexo se torna enhiesto.

Abro tus nalgas firmes, con una presión decidida y sensual, de amante.
Muerdo tu oreja sin detener mis manos, marcando el terreno, de lobo.
pongo a un lado tus piernas usando las mías, y pongo presión en tu caverna
para que experimentes el deleite de la penetración de mis anhelos.

Me hundo enteramente en vos, con la Luna Doble, como reflejo testigo
del sudor y tus jadeos y mis latidos y nuestros gemidos, erizados y traviesos...
siento la exquisita flor de tu intimidad abrirse para recibir mis embates,
siento la forma en la que disfrutás cómo se lubrica en tus jugos de placer.

La piel de tus nalgas fricciona contra mi sexo, firme en cada embestida,
veo tu esplada arquearse, y la sombra de tus pezones al estremecerse
mientras entre tus piernas libero a la Diosa de mis Fantasías,
que besa tu boca con lujuria, sabor, vida y orgasmos.

Te oigo jadear y gritar, pidiéndome más fortaleza y más agilidad.
El almíbar de nuestro celo aturde nuestras razones y las somete al instinto.
Y más rápido, y más rápido, nos acercamos en la cópula al simultáneo dolor
de nuestras eyaculaciones potentes y espesas derramándose en tu interior.


Aún brilla la Luna, exactamente sobre nuestras cabezas
mientras lavamos nuestras pieles en el Lago, con agua destilada de estrellas...
Entre mis brazos te acobijo, tras besarte y declararte mi Amante Predilecta:
y así, permanecemos en vela; 
lado a lado, acurrucados en la seda de la Medianoche.

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