[H]erejía y Lógica

[...]

Tengo aprendido un acto de prestidigitación
para hacer abrir tus piernas con un pase de manos,
para elevar tu temperatura espiritual con una mirada,
o para hacerte vibrar completa, sólo con mi lengua.

Tengo en mis bolsillos palabras doradas y piedras negras,
para aprisionarte elegante mientras probás mi saliva,
para acelerar tus latidos mientras mis labios te acarician,
para endulzar la acidez de mi libido saboreada en frutillas.

Tengo pendientes y sombras lánguidas colgadas del pecho,
para hipnotizar tus caderas con el ritmo de mi pálpito y sexo,
para cobijar tenuemente el pudor en tu voz en nuestro acto,
para censurar a ojos extraños la visión de tu flor carmesí, inflamada.

Tengo sobre mí gitanas piezas de experiencia en actos de magia;
tengo papiros y libros, a saber y ya sabidos, para hacerte gemir.
tengo sobre mí la maldición del errante, que camina y camina:
no tengo más hogar que mi corazón, porque a todo él lo llamo casa.

Una llave que nunca he observado, me pedís.
El códice faltante para ingresar a lo desconocido, me exigís.
Tengo que responderte que no, pese al haber de mis pequeños tesoros.

No puedo tener jamás aquello que para tenerte ante mí, no necesito.

Comentarios

Entradas populares