[H]oy sin ayer
Da igual si trajiste con vos la lluvia,
o si golpeaste mi puerta arrastrada por la tormenta.
Restemos importancia a la cena improvisada,
si notaste en mis besos que quizás ya te esperaba.
Centrémonos en las voces, las miradas, las texturas,
en todo aquello que confirma que esto no es un sueño.
Mirémonos a los ojos, mientras sonreímos con picardía
y juguemos a que volvemos a encontrarnos por primera vez.
Seguime hasta mi habitación, después de nuestra ducha
y elegí alguna de mis remeras para taparte la vergüenza.
No prestes atención al movimiento de mis manos:
limitate a sentir su recorrido en tus caderas.
Recostate ahí, en donde el colchón sugiere tu silueta;
sentí la fragancia de algún tiempo atrás una vez más.
Podes cerrar los ojos e imaginar mi próxima maniobra,
o fantasear conque encuentre nuevos rincones para darte placer.
Aferrate fuerte al motor de mis fantasías,
grabame tus uñas en la corteza de la memoria,
y disfrutemos juntos de este viaje en el tiempo
en el que no hay más sal que la del sudor,
ni más emoción que la que nos reúne.
o si golpeaste mi puerta arrastrada por la tormenta.
Restemos importancia a la cena improvisada,
si notaste en mis besos que quizás ya te esperaba.
Centrémonos en las voces, las miradas, las texturas,
en todo aquello que confirma que esto no es un sueño.
Mirémonos a los ojos, mientras sonreímos con picardía
y juguemos a que volvemos a encontrarnos por primera vez.
Seguime hasta mi habitación, después de nuestra ducha
y elegí alguna de mis remeras para taparte la vergüenza.
No prestes atención al movimiento de mis manos:
limitate a sentir su recorrido en tus caderas.
Recostate ahí, en donde el colchón sugiere tu silueta;
sentí la fragancia de algún tiempo atrás una vez más.
Podes cerrar los ojos e imaginar mi próxima maniobra,
o fantasear conque encuentre nuevos rincones para darte placer.
Aferrate fuerte al motor de mis fantasías,
grabame tus uñas en la corteza de la memoria,
y disfrutemos juntos de este viaje en el tiempo
en el que no hay más sal que la del sudor,
ni más emoción que la que nos reúne.
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